miércoles, 1 de julio de 2009

Que la boca se te haga chicharrón

Hace una semana -exactamente- exclamé con júbilo la suerte que mis roomies y yo hemos tenido en esta nueva Ciudad y los 4-5 meses de habitarla.

Suerte ¿de qué? de no ser asaltados, ultrajados, golpeados ni nada que se la parezca, sólo omitiré algunos sustos de los porteños al enterarse de que siendo mexicanos podríamos esparcir la ya tan conocida fiebre temida. Y bueno, algunas burlas hacia mi compañera respecto a esto, llamándola: ¡porcinaaa! con lo cual -además de reírme- me sentía re orgullosa del tipo de porteños que estaban a mi lado y que sus únicos comentarios tenían tintes de preocupación.

Prosigo, evidencié nuestra suerte y me atreví a afirmar que de seguro una causa posible era que habíamos conseguido quitarnos la facha de extranjeros.
Cual va siendo mi sorpresa que dos días después de sentirme dichosa terminaría siendo víctima de un robo, más bien, intento de robo y tendría esa especie de sensación y pensamiento mágico de: "lo pronuncié y casi casi lo llamé"

Relato de mi casi asalto:
Era un viernes, iba camino a la escuela, antes pasé a comprar un libro y por eso cambié mi ruta, cambié el bus por el subte (metro), la verdad es que evito el subte, me desespera, siempre va llenísimo, huele feo, no ves la ciudad, todo mundo se te pega, nunca hay asiento y soy la peor para el equilibro, así que la mayoría del camino voy cayéndome y chocando contra cualquier cristiano.
En cambio en el bus puedo ir sentada leyendo, bueno: más de una vez he ido parada pero no tiene comparación, además tengo la idea de que es más seguro, camino más, disfruto la ciudad, me aprendo calles y no huele tan mal.

Entonces, obvio iba parada y como buena paranoica que soy observé quién estaba a mi lado, además uno siempre debe de ver quiénes serán tus acompañantes y a quiénes en más de una ocasión te les arrimarás.
A mi lado izquierdo y cerquitita de mí se encontraba el sujeto, yo desde que lo ví sentí un no sé qué, de verdad algo había en él que como -repito- paranoica que soy, desconfié.

Inmediatamente me dije: "¡ay pero si serás desconfiada! sólo porque se te pega mucho y está medio feíto no quiere decir nada: ¡paranoica y además prejuiciosa!"
No me malintepreten, no fue por lo "feíto" (léase boliviano), noté cierta especie de nerviosismo, sólo que lo traducí en desconfianza y sintiéndo culpa, agité la cabeza, confié y me dispuse a agarrame del tubo con la mano derecha, con la izquierda sostener una revista que me habían regalado en la librebría y tratar de leer y tener un viaje relajado.

El sujeto-a mi izquierda- se me seguía pegando: normal: me dije, lo voltié (¿volteé?) a ver más de una vez porque mi bolsa colgada en mi hombro izquierdo (tan grande como una pañalera) se le embarraba.

Llegó mi parada, necesitaba hacer conexión y como la mayoría de las personas también, me apresuré a caminar entre empujones hacia la salida. Apenas salí del vagón, di dos pasos y sentí un jalón en el brazo, y escuché: "¡señora, le acaban de meter mano a su bolsa!", eran palabras de un chico porteño y apuntaba a alguien atrás mío, confundida por sus palabras, no pude no voltear y ahí estaba el sujeto del cual desconfié a lo largo de mi travesía subterránea; no dude ni por un segundo, ni uno, me acerqué velozmente y al verme se agachó, me detuve frente a él y empecé a gritarle, ni recuerdo con precisión las palabras-son de esos momentos en que uno se convierte en sabe qué o quién y a los minutos después no recuerda con detalle lo que hizo o dijo- pero él me miraba con miedo y me interrumpía diciendo: "toma, toma, se te cayó", en su mano me ofrecía mi celular que no supe cómo -chingados- había sacado de mi bolsa.

Penosamente armé un alboroto- sí, penosamente porque al recordarlo me veo como una de esas 'doñas' histéricas, teatreras-; se acercaron 1, 2 individuos a mostrarme su apoyo -el chico que gentilmente me informó del hurto seguía conmigo- y llegó un policía.
Ahí terminó la escena, el sujeto se fue con el policía y yo me quedé de lo más intranquila, enojada, asustada por mi reacción agresiva, caminé sujetando fuertemente mi bolsón para esperar que llegará él siguiente vagón, subirme, volver a observar quién estaría a mi lado, desconfiar, repasar detalladamente lo que había sucedido, decirme: "jodeeeer, mi paranoia tiene sentido, debí de haberle hecho caso"; seguir escuchando mis gritos como un eco y al fin salir a la superficie.

Conclusiones:
-No vuelvo a proclamar en voz alta el tan conocido: "a mí no me pasará"
-Seguiré desconfiando de argentinos, mexicanos, bolivianos, chilenos, chinos, de todo aquel que me de la "corazonada" de que algo no anda bien. Lo importante es no atinarle.
-Protejeré mi bolsa como si fuera "la niña de mis ojos"
-Volveré a preguntarme mis respuestas ante tales situaciones, la primera vez que intentaron robarme fue en Paris, hace unos años, fue también en el metro, fue también un chico que estaba a mi izquierda, y al darme cuenta reaccioné aventándole y consiguiendo una especie de cachetada de su parte, se fue riendo pero sin mi bolso.

5 comentarios:

tocho dijo...

que bueno que no te paso nada y que no logro su objetivo ese hijo de puta te mando un beso y un abrazo

Firenze dijo...

pero que risa....dioss...aunque no debería de darme risa, pero me encanta como actuaste, alguna vez, mejor dicho, sólo una vez me ha pasado y fue en el metro de Madrid, justo....dios! ahh...había dicho minutos antes de subirme a un mexicano que yo me sentía muy segura en esa ciudad y zaz!...encontré una mano dentro de mi bolsa, pero a diferencia de tí, me quedé paralizada, sólo pude verlo a los ojos, y lo ví marcharse en la siguiente estación.


un beso chula, te imaginé perfectamente.

Clav dijo...

Besos a los 2!

Tlaltecatzin dijo...

...qué cosas.

Abrazos.

Selunatika dijo...

jajajajajajaja!!!

Wife esto es tan chistoso...sé que no debería serlo...pero me encanta como cuentas las cosas...si wife, la izquierda es la del diablo, recuerda la siniestra jajaja si. ni está.

Señora! jajaja ay no como me da risa eso jajaja

Wife yo apoyo tu paranoia hasta la muerte! que bueno! esas corazonadas son las mas certeras...y ahí? dónde queda el otro? jajajajaja

Bendito bendito espejo!

Cuidate mucho! ya mandaré yo golpear a todos los que se te acerquen y si wife...es por feítos jajajajaja