Si partimos de que uno escucha lo que puede o quiere, hace meses me dijeron que soy una mujer del 'no', mi problema es el 'no'.
Fue inevitable no pensar en eso, no quedarme con ese eco, empecé a escuchar (me) las múltiples veces que lo pronuncio, es cierto, algo tengo con el 'no'.
No
No sé
No quiero
No puedo
No tengo
No es cierto
No siento
No creo
¿Pero qué es el no? ¿Qué se rechaza, qué se niega?
Recordando la conocida frase de: ¿cómo puedes decir que eso no te gusta si no lo has probado o hecho? Nos remite a pensar que la negación es válida o posible si parte de algo conocido, experimentado, es como si para negar o rechazar algo se haya afirmado antes o mínimo aceptado como existente, porque existe y puedo negarlo, lo rechazo, digo no.
¿Pero qué pasa cuando en el no, también hay un si? (no nos referimos a la negación de la negación)
Siendo el no un símbolo primario, pensémoslo en que eso-alguien a lo que se le dice no es sumamente cercano, si se contradice eso es porque hay una urgencia de pararlo, de establecer un límite, un corte; si no hay un no, no puede haber un si, si no hay un si, no hay un no.
Desde Freud podemos pensar el no desde otro sentido, un no puede ser mi única manera para reconocer algo, confesarlo, enunciarlo. Así, en esa negación está algo de una verdad.
Ahora escucho mi no
2 comentarios:
Así en ese "no", digo, confirmo, me muestro... negada o no, incompleta.
negada y re negada, es que no- no. ahora sí-no, sino no, jajaja me gusta!!!!
Publicar un comentario